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Ok, ok! quizás el caso del Doc Strange es diferente :) |
Es frecuente recibir preguntas acerca de “cómo van a estar las cosas en el futuro” o “cómo se viene el año actual”. Más aún, me he encontrado que aquí en el Uruguay parece ser de lo más habitual tomar la astrología como una herramienta que estuviera hecha o pensada para “hacer predicciones”.
En lo personal, confieso que me deja algo perplejo el darme cuenta de que hay personas que pretenden que las cartas astrales (y, dicho sea de paso, bastante de esa “astrología” predictiva ni a ellas llega, sino que se trata de horóscopos o “climas astrológicos”…) están allí para darnos información de “lo que se viene” o de “cómo estarán las cosas”…como si la lectura de carta fuese algún tipo de oráculo que puedo usar para hacerme ilusiones –o desilusiones- sobre mi futuro…sin mi participación. Como si yo no fuese parte de la ecuación. Como si existiese un futuro disociado de lo que soy hoy y ahora y de lo que puedo ser.
Por qué digo esto? Porque, si lo observamos un momento, qué hay detrás de eso realmente? Para qué querríamos saber “lo que puede pasar”? acaso no lo estamos construyendo o creando ahora mismo? Detrás de esta tendencia me parece percibir la creencia de que somos meros perceptores que “padecemos” la realidad y la vida, como si simplemente nos quedase saber “cómo se vienen las cosas”, en lugar de sentirnos como los creadores que somos, y que tenemos el poder y el derecho de ir calculando y recalculando en cada instante hacia dónde vamos con las decisiones que tomamos y las vidas que vivimos.
Si estamos dentro del grupo de los primeros, es decir de los perceptores, usualmente tendemos a creer que las soluciones están fuera, y que dependen exclusivamente de los movimientos externos de las cosas, sean estos sociales, políticos (“Está tan mal este país…si estuviese mejor…”), económicos (“No gano dinero porque la economía está mala…”) o de la naturaleza que sean. Por esto preguntamos por “las cosas” en lugar de preguntar por nosotros y qué movimientos internos podemos hacer para alinearnos con nuestro proyecto de vida.
Pero… de dónde puede salir tu futuro o el mío si no es desde el momento en que estamos ahora, en este presente? Acaso puede construirse desde algún otro lugar? Una cosa es que el mundo sea más amplio que tú o yo, y que pasen muchas cosas de las que no tenemos ni es necesario tener control, pero otra distinta es disociarse del presente poniendo las esperanzas en un futuro que supuestamente “depararían los astros”, o “la vida”, las circunstancias o quizás quién. Y a mi criterio, nos perdemos completamente la astrología si creemos que está al servicio de estas tendencias de nuestras personalidades temerosas, que en el fondo intentan tener mayor conocimiento del panorama externo PERO sin indagar en el interno.
Si realmente queremos sacar provecho de lo que la astrología nos puede ofrecer es preciso que nos incluyamos en ese supuesto futuro por el cual se pregunta y veamos qué puedo hacer HOY para dar pasos en esa dirección. La consulta astrológica si ha de ser de verdadero provecho requiere participación activa y no un mero cruzarse de piernas en espera pasiva de que el astrólogo “me cuente de mi vida y de lo que viene”. No me canso de insistir en que la astrología no es una herramienta para conjeturar con el futuro sino para reconectarnos con el presente -nuestro presente- de donde todo lo demás saldrá. Y sólo entonces se transforma en una herramienta con valor terapéutico.
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