viernes, 26 de abril de 2019

El sensacionalismo astro-ilógico

El capitán Picard está bastante podrido con el tema...
En el nombre de la astrología, hoy se difunde y ofrece toda clase de material, tanto en internet como en televisión, radio, revistas y otras plataformas informativas. Cuando alguien tiene interés en astrología este suele ser el primer material con el que se encuentra. De allí que cuando no se profundiza en el estudio astrológico, se corre el riesgo de quedar orbitando en todo tipo de concepciones sin sustento ni fundamento que luego pasan a formar parte del supuesto “saber popular” sobre el tema que, como suele pasar, está lleno de confusiones y percepciones sin base alguna que luego se difunden rápidamente y que no ayudan a entrar en contacto con la profundidad real de esta herramienta.

Para empezar, tenemos los típicos horóscopos de toda clase: estos no resisten mayor análisis, ya que no existen “los Aries”, “los Virgo”, “los Cáncer”, ni los de ningún otro signo. Para tener una idea de la constitución psíquico-energética vinculada a una persona y el rol que juega ésta en su proyecto de vida debemos mirar como mínimo su carta astral completa, y no sólo su Sol. Si quieres saber más de esto, puedes revisar este artículo.

Luego, tenemos los populares “climas astrológicos” o similares, en donde se revisan las posiciones planetarias de un día determinado y se dan supuestos pronósticos o panoramas generales basados en esos datos. Pues bien, esto por muy lindo que pueda sonar no tiene una base práctica que lo sustente por diversos motivos.

Para comenzar, muchos de ellos se basan en tránsitos de planetas personales (Sol, Luna, Mercurio, Venus, Marte). Aquí ya comenzamos mal. Un tránsito de un planeta personal rara vez es perceptible, algunos de ellos -como la Luna- incluso se mueven tan rápidamente que no están más que unas horas o días en determinada posición. El impacto de este tipo de tránsitos suele ser MÍNIMO en el contexto de una carta astral. Dicho sea de paso, estos climas “astrológicos” por supuesto no tienen en cuenta el proyecto de vida de cada uno, reflejado en la carta sino que generalizan una información amparándose en el empleo de la teoría astrológica. Para evaluar el momento actual de una persona, es necesario mirar como mínimo su carta astral y el panorama general de tránsitos, y esto teniendo la posibilidad de contrastar esa información con la persona en cuestión, ya que es ella quien gestiona los potenciales de la matriz zodiacal. La astrología se hace con personas, no con teorías. Nunca debemos olvidar eso.

Lógica y corazón funcionando juntos en equilibrio.
Más aún, los tránsitos que sí se sienten y que sí tienen una fuerza y una importancia en el proyecto de vida de la persona son los configurados por los planetas transpersonales (Urano, Neptuno y Plutón), a los que sumamos los de Saturno, que es quien lleva los tiempos del proyecto, “dando la señal” que coordina a estos tres gigantes lentos. Esto lo he comprobado una y otra vez, tanto en la experiencia personal como en consulta. Debido a que estos planetas vehiculizan energías transpersonales -que están lejos de llevarle el juego a nuestras personalidades que gustan de no arriesgar nada en la vida- son los encargados de liberar (Urano), disolver (Neptuno) y transformar (Plutón) todo aquello que haya cristalizado en nuestras personalidades, en nuestras estructuras psíquicas, energéticas y en nuestra realidad, y que ya no sea útil para el proyecto de nuestra alma. Nos “avisan” que es provechoso que vayamos dejándolo atrás para poder seguir en el momento presente y los que hayan de venir en dicho proyecto.

Por otro lado, algo que no resiste la menor lógica es la generalización de creer que hay dinámicas astrológicas que son iguales para todo el mundo. Cada carta es distinta, y cada tránsito se manifiesta en puntos y sectores diferentes de esta. No hay dinámica astrológica que afecte a dos personas de la misma manera, cada persona es única. Además, no podemos mirar tránsitos en una carta como algo disociado y aparte de ella. Un panorama de tránsitos indica un momento en el proyecto de vida de esa persona. Cómo vamos a saber qué podría indicar si ni siquiera tomamos en consideración ese proyecto? Para responder no hay que ser astrólogo graduado, sino que basta con tener algo de sano pensamiento crítico. 

Finalmente, están las “predicciones”. Sobre esto ya he escrito algunos artículos como este -y también este- por lo que no creo necesario el volver a insistir en el tema aquí.

Si bien hay muchas formas de enfocar la astrología, me parece sumamente importante el desarrollar un criterio bien fundado a la hora de discernir la información con que contamos. Estamos en la era de la información. Hoy el mayor desafío al educarnos ya no es buscar información como antes, que si queríamos saber de astrología debíamos ir a la biblioteca o a la librería y buscar, limitados por los textos que allí tuviesen del tema y que usualmente no eran muchos. Hoy tenemos abundante información a un click de distancia, lo cual es maravilloso. El reto entonces –y es lo que pretendo enseñar en cursos y talleres- consiste en discernir adecuadamente entre toda la información que tenemos a la mano, y para esto debemos ir desarrollando nuestros propios criterios con sólidas bases.

Es mi total convicción que la astrología debe tocar tierra y contrastarse con la experiencia y con la práctica. En la vida muchas cosas no son medibles ni responden a mentalidades cartesianas ni a métodos científicos (como cree el cientifismo), pero no por ello perdamos el espíritu crítico al mirar a las estrellas. El conocimiento necesita de un corazón abierto pero también de una mente lúcida, capaz de cuestionar y hacerse preguntas.