viernes, 20 de agosto de 2021

Actividades 2021: Taller "Virus en clave de Biodecodificación" (online)

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¿Qué es un virus, cuál es su función biológica? ¿Cuál es el sentido biológico y qué relación tiene con la enfermedad? ¿por qué se produce una epidemia? Si el contagio no existe, ¿Cómo se explicaeste fenómeno?

Todas estas preguntas y muchas otras las estaremos abordando con fundamentos desde nuevos paradigmas de la salud, donde no observamos la biología desde el miedo, sino desde la lógica biológica y adaptativa que subyace en todos los procesos de los seres vivientes. Compartiremos además los resultados de investigaciones poco conocidas que nos ayudan a comprender bajo una nueva luz el rol de virus, bacterias y hongos en la sinfonía de la vida y en el proceso adaptativo que llamamos "enfermedad".

Fecha: sábados 4 y 11 de septiembre  - 18:00 Uruguay (17:00 Chile. 23:00 España). Taller Online vía Skype.

Valores: Uruguay: $ 1.600 - Otros países: $50 dólares

Requisitos: No se requiere de conocimientos previos. Se pide contar con conexión a internet que soporte una videollamada de forma fluida y con un lugar libre de distracciones, ruidos e interrupciones para cursar el taller.

Es requisito el pago de la totalidad del valor con anterioridad a la fecha de inicio. (Uruguay: depósito o transferencia Abitab -Brou. Otros países: Paypal - Western Union) 

PROGRAMA DE CONTENIDOS:

-Antecedentes y orígenes de la decodificación biológica
-Leyes de Hamer. Ejemplos prácticos.
-Por qué y para qué nos enfermamos. La lógica biológica.
-El inconsciente profundo y el inconsciente biológico.
-La enfermedad como expresión inconsciente de nuestra capacidad creadora.
-El aparato microbiano y el sistema de mantención, limpieza y regulación de simbiosis.
-Microorganismos y sus funciones.
-Virus e información.
-Epidemias, inconsciente colectivo y resonancia conflictual.
-Virus en la naturaleza, en el organismo humano y en su genoma.
-Virus y procesos adaptativos del inconsciente colectivo.

Imparte: Mauricio Gómez Mellado. Decodificador biológico - Astrología terapéutica.


miércoles, 4 de agosto de 2021

“Lo mío es especial” – Cuando el consultante quiere hacer fallar al terapeuta

Dentro de la consulta terapéutica, un caso especial de consultante que alguna vez puede aparecer es el de la persona que viene a consulta y de entrada trae un discurso basado en frases como las siguientes:

-“Mi problema es especial”
-“Todos han fallado, he ido a muchos terapeutas y ninguno ha podido conmigo”

Pues bien, este es un caso que muchos es, diríamos, “de manual”: La persona en realidad no desea curarse, sino que busca “hacer fallar” al terapeuta. Por qué y para qué? Veamos:  Ocurre que esta persona ha formado una identidad que ha cristalizado a partir de la sensación de individualidad que se ha generado a partir de sus conflictos o desvalorizaciones sin resolver. Es decir, lo que llamamos el “ego” y sus personajes aquí han hecho nido en un lugar muy poco conveniente: usando los propios problemas, miedos y conflictos para “sentirse diferente” o “sentirse especial”. Lo que la persona no ha podido lograr de forma menos contraproducente para sí misma su personalidad lo ha generado desesperadamente a partir de sus problemas, miedos, bloqueos y conflictos. Y dicha identidad se ha convertido en la “dueña del espectáculo”. De este modo comprenderemos que ella constituye un registro seguro, conocido para la persona, motivo por el que para que esta identificación sucedánea pueda seguir sustentándose debe ser alimentada y sustentada constantemente. Dicho lo anterior, nos resulta sencillo comprender por qué es que la persona no busca curarse realmente: porque que esto implicaría la desintegración de esa identidad que se definió desde el conflicto, el miedo, la desvalorización, el inconformismo o el drama, desenlace al cual no está dispuesta. En su lugar, prefiere aferrarse a la necesidad compulsiva de hacer fracasar al terapeuta, para así confirmar lo que de antemano ya estableció como punto de partida cuando se formó esta identidad parásita: que lo suyo es especial y es diferente. Es otra forma de decir “si no soy capaz de reconectar con quien soy en esencia, al menos me forjaré una identidad sucedánea hecha de mis conflictos y desvalorizaciones de modo tal que haré que sean tan intratables que ese será mi sello único y distintivo esa será la señal de que existo y soy especial”. La ganancia secundaria que proporciona el seguir con el conflicto aquí es clara: mediante él es que “me siento especial, diferente, valorado y puedo reafirmar mi identidad”, generando así una máscara compensatoria (y no una real solución) a los conflictos que arrastro.

Detrás de esta mecánica lo que encontramos realmente son fuertes conflictos de desvalorización, de impotencia y de identidad que están activos. De ahí la necesidad compulsiva de compararme y resaltar en algo (aunque sea en lo mal que me llevo conmigo mismo! Y es que cuando hay conflictos activos y carencias sin tratar, cualquier cosa le puede servir al “yo” para cristalizarse). Es usual que frente a dichos conflictos de desvalorización e identidad se encuentre un “yo” con un carácter fuerte, rebelde e independiente pero que no ha podido madurar ni desarrollarse y a menudo siente que es un fracaso en la vida. Y esa fuerte inseguridad, consecuencia de la desvalorización, se esconde aparentando fortaleza y se proyecta buscando que los otros “fracasen conmigo”. 

Si observamos rasgos que parecen repetirse en estos casos, notaremos que los personajes que ha construido la persona tienen algunos rasgos destacados, entre los que pueden estar:

-Arrogancia como máscara ante el miedo y su autoestima usualmente baja
-Megalomanía
-Rigidez 
-Tendencia en culpar o responsabilizar a otros de sus conflictos 
-Rebeldía reprimida o mal encauzada: quieren guiar su vida y desarrollar su individualidad pero no han podido o no han sabido hacerlo de forma lo suficientemente satisfactoria.
-Sensación de impotencia ante la vida o alguna de sus facetas, que puede camuflarse bajo una máscara de pretendida omnipotencia

Para tratar con este tipo de casos, una cosa que puede ser de ayuda es dejar en claro desde el momento inicial que en la consulta de decodificación el terapeuta no es el “encargado” de “curar” a la persona por la sencilla razón de que la curación al igual que la enfermedad y el síntoma, no vienen de fuera, sino que es la propia persona quien las genera y desencadena. El terapeuta es una guía temporal que acompaña el proceso, pero no es un “salvador” ni una figura responsable de los propios procesos y decisiones del consultante (y es que este consultante nos puede hacer trabajar nuestros aferramientos a la figura del “salvador”, que por lo general como terapeuta tenemos programado). Al dejar en claro esto, ya no entramos en el juego que esos personajes quieren que entremos a jugar. Luego, conviene abordar de la forma más directa posible el autoengaño en que está sumida la persona, que no busca mejoría sino seguir sosteniendo la ganancia secundaria que le genera esta actitud. Esta máscara hay que desarticularla de inmediato y no enredarnos en las excusas, racionalizaciones y argumentos con que los personajes que la han creado intentarán tomar nuestra energía para alimentarse. Después de esto veremos si el consultante está en condiciones de reevaluar su dinámica y desea de verdad abocarse a trabajar los conflictos de base que hay allí una vez las máscaras se han caído. Y si llegados a este punto las resistencias emergen y lo consumen, no nos quedará otra que desearle un buen futuro y dar por finalizado el intercambio.