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Información Básica y contenidos relacionados con estas dos disciplinas de estudio aplicadas a lo terapéutico. Mauricio Gómez M. Astrólogo - Decodificador Biológico
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¿Qué es un virus, cuál es su función biológica? ¿Cuál es el sentido biológico y qué relación tiene con la enfermedad? ¿por qué se produce una epidemia? Si el contagio no existe, ¿Cómo se explicaeste fenómeno?
Dentro de la consulta terapéutica, un caso especial de consultante que alguna vez puede aparecer es el de la persona que viene a consulta y de entrada trae un discurso basado en frases como las siguientes:
Detrás de esta mecánica lo que encontramos realmente son fuertes conflictos de desvalorización, de impotencia y de identidad que están activos. De ahí la necesidad compulsiva de compararme y resaltar en algo (aunque sea en lo mal que me llevo conmigo mismo! Y es que cuando hay conflictos activos y carencias sin tratar, cualquier cosa le puede servir al “yo” para cristalizarse). Es usual que frente a dichos conflictos de desvalorización e identidad se encuentre un “yo” con un carácter fuerte, rebelde e independiente pero que no ha podido madurar ni desarrollarse y a menudo siente que es un fracaso en la vida. Y esa fuerte inseguridad, consecuencia de la desvalorización, se esconde aparentando fortaleza y se proyecta buscando que los otros “fracasen conmigo”.
Si observamos rasgos que parecen repetirse en estos casos, notaremos que los personajes que ha construido la persona tienen algunos rasgos destacados, entre los que pueden estar:
-Arrogancia como máscara ante el miedo y su autoestima usualmente bajaPara tratar con este tipo de casos, una cosa que puede ser de ayuda es dejar en claro desde el momento inicial que en la consulta de decodificación el terapeuta no es el “encargado” de “curar” a la persona por la sencilla razón de que la curación al igual que la enfermedad y el síntoma, no vienen de fuera, sino que es la propia persona quien las genera y desencadena. El terapeuta es una guía temporal que acompaña el proceso, pero no es un “salvador” ni una figura responsable de los propios procesos y decisiones del consultante (y es que este consultante nos puede hacer trabajar nuestros aferramientos a la figura del “salvador”, que por lo general como terapeuta tenemos programado). Al dejar en claro esto, ya no entramos en el juego que esos personajes quieren que entremos a jugar. Luego, conviene abordar de la forma más directa posible el autoengaño en que está sumida la persona, que no busca mejoría sino seguir sosteniendo la ganancia secundaria que le genera esta actitud. Esta máscara hay que desarticularla de inmediato y no enredarnos en las excusas, racionalizaciones y argumentos con que los personajes que la han creado intentarán tomar nuestra energía para alimentarse. Después de esto veremos si el consultante está en condiciones de reevaluar su dinámica y desea de verdad abocarse a trabajar los conflictos de base que hay allí una vez las máscaras se han caído. Y si llegados a este punto las resistencias emergen y lo consumen, no nos quedará otra que desearle un buen futuro y dar por finalizado el intercambio.