Las amígdalas están situadas en el fondo de la cavidad bucal en una zona que simbólicamente es el “umbral” que marca el punto en donde más allá de él algo ingresa al organismo, y antes de él, todavía puede ser devuelto, regresado o escupido. De este modo, cuando tenemos un cuadro de amigdalitis iremos a buscar este gran tema: el del bocado real, simbólico, virtual o imaginario que no puedo alcanzar, lograr, tragar o atrapar o que por el contrario, no pude escupir, rechazar, responder, objetar, etcétera. Por supuesto que aquí el riel verbal –la palabra- puede tener mucha importancia. Veamos algunos posibles conflictos:
-Estar a punto de conseguir algo que era vital para mí y que finalmente se me terminó escapando. Es decir, justo cuando iba a tragar el pedazo, se me escapó de la boca. Aquí el pedazo puede ser un objeto que deseo, un aumento de sueldo, una persona, un permiso, una palabra o un cariño que no llegó, un logro, el afecto de alguien, etcétera.
Ejemplos:
Alguien que quiere conseguir un puesto
laboral luego de un largo proceso de selección, y justo cuando piensa que lo
consiguió y el puesto es suyo, se entera que otra persona lo superó en
calificaciones por la mínima y se quedó con el puesto (“Se me escapó el pedazo
(el puesto) cuando ya lo tenía listo (ya lo tenía a punto de tragar))” y al
otro día de recibir la noticia amanece con los síntomas de amigdalitis.
Puede ser también el caso de alguien que
piensa que tiene que hacer méritos para conseguir el afecto de una persona y
que cuando cree que lo ha logrado, ese afecto nunca llega.
-Ahora el caso opuesto: no pude escupir,
botar o rechazar un pedazo tóxico cuando me lo tragaba. El pedazo puede ser una
actitud de alguien, una persona (por ejemplo, el autoritarismo de la madre o
del padre), una situación, un mandato, una palabra, algo que no me convenía,
etcétera. No “bancarse” o tragarse algo.
Ejemplo:
Un adolescente que le ilusiona estudiar
para ser arquitecto pero el padre le impone que se haga cargo del negocio de la
familia (“este pedazo no me conviene, es tóxico y necesito escupirlo”)
-Por otro lado, cuando se trata de los niños pequeños:
primeramente conviene ir a buscar el conflicto en la psique de los padres,
debido a que su inconsciente está aún muy ligado con el de ellos. Más aún, su
supervivencia está ligada a la de sus padres. Secundariamente, puede observarse
en el niño algún posible conflicto del tipo “no recibo (atrapo) el cariño de
mis padres”.
-En general, el riel afectivo (el cariño que no obtengo) y verbal (la palabra que no dije, discusiones en donde no me expresé o no me pude defender) suelen ser lo suficientemente común para tenerlo muy en cuenta. Conviene por lo tanto poner mucha atención a las palabras: discusiones donde no me pude defender, no dije lo que quería y no me pude expresar (es decir, no escupí el pedazo).