(Nota: la siguiente información es una guía general, y si bien en muchos casos es extraordinariamente precisa, cada caso es único y puede tener sus propios matices, que pueden estar no incluidos aquí. Es por ello que pretende servir de guía y no debe ser tomada como “receta” infalible.)
La infección urinaria y la cistitis tienen en común el corresponder a un conflicto de marcaje/organización del territorio. Cuando la persona siente que no puede llevar a cabo esa función es cuando luego aparece esa sintomatología en fase reparatoria. Por territorio entendemos cualquier espacio o instancia real, simbólica, virtual o imaginaria que consideremos asociada con nosotros con esa connotación. Por ejemplo: el lugar donde vivimos puede ser tomado como territorio por el inconsciente biológico. También el lugar donde trabajamos, nuestras posesiones o lo que consideramos nuestro (una pareja o un amigo, por ejemplo). También un territorio no físico puede incluir el área de mi competencia laboral, o mis rutinas y horarios del día, etcétera.
En el caso de mujeres, donde suelen ser más frecuentes estos síntomas, se trata la mayoría de las veces de un conflicto donde siento que “no puedo organizar mi territorio, mi espacio”, ya que permito que otros lo hagan por mí, y no soy capaz de decir que no o rechazarlo. De ahí que nuestra maravillosa biología nos adaptará inflamando partes de nuestra vejiga/uréteres, etc. con el significado biológico-simbólico de “marcar mejor nuestro territorio”. Es decir, delimitarlo claramente, que es lo que justamente necesitamos y nos hace falta.
EJEMPLOS:
-Una mujer recibe a su suegra en su casa para el almuerzo dominical, y esta comienza a reordenarle la casa a su antojo, o a darle instrucciones de cómo organizar la comida o la visita. La mujer se siente entonces invadida, no pudiendo organizar su propio territorio (su casa y su espacio). En cuanto la visita se termina (o al otro día), comienza con síntomas de cistitis.
-Una persona acuerda una reunión con un amigo, pero a última hora este modifica las condiciones de la reunión sin previo aviso, cambiando los horarios y desorganizando todas las actividades que la otra persona tenía contempladas. Su vivencia es “No puedo organizar mi propio tiempo, mis propios horarios. El otro lo hace por mí y no soy capaz de decirle que no por no incomodarlo”.
-En un trabajo, una mujer recibe a una nueva compañera, que cambia completamente sus formas de proceder, imponiendo las de ella, que son diferentes a las habituales. La vivencia es “No puedo hacer las cosas a mi forma y a mi ritmo”.
También se ve con cierta frecuencia en mujeres la aparición de infecciones urinarias justo después de mantener relaciones sexuales. En estos casos, conviene revisar qué pasó antes del sexo: Decidí tener relaciones porque lo deseaba, o tal vez porque no supe decir que no? (por ejemplo, puedo haber cedido aunque no tuviese ganas, por miedo a incomodar a mi pareja sexual). Además, puede haber una vivencia de abuso sexual enterrada en el inconsciente de estas personas, o memorias de abusos en el árbol transgeneracional, registros que habrá que liberar, ya que generan patrones que programan o desencadenan esta respuesta biológica.
Como vemos, los desencadenantes de esta sintomatología no tienen nada que ver con bacterias ni con ningún otro microorganismo. Ellas simplemente participan bajo la orden de nuestro propio cerebro en la creación de la infección, que es la respuesta biológica adaptativa con que el inconsciente biológico gestiona y “nos avisa” de este conflicto.
No olvidemos que el conflicto desencadenante hay que buscarlo ANTES de que comiencen dichos síntomas (puede haber ocurrido minutos, horas o días antes).
Si bien puede haber otros conflictos asociados con la cistitis y con la infección urinaria, estos son los que se suelen hallar con mayor frecuencia.
Finalmente, resulta adecuado recordar que lo que genera el conflicto psíquico-biológico conocido como enfermedad, es la VIVENCIA de la situación; es decir, cómo yo me vivo dicho acontecimiento, ya que eso es lo que genera una entrada activa de datos que el inconsciente biológico y el cerebro van a procesar y luego usarán para generar respuestas adaptativas a la vivencia conflictiva. Para cambiar dicha respuesta adaptativa y desactivar la enfermedad debo editar (modificar) la respuesta que doy modificando mi percepción de lo que me conflictúa. Para eso debo trabajar simultáneamente en los niveles de pensamiento, emocional, energético y biológico (que están interconectados entre sí). Este es el trabajo que se hace en consulta.